Cuando volvemos al pueblo, el tío Neira nos para en la carretera al lado de una huerta que tiene, y nos trae un montón de pepinos, tomates y cebollas dulces, moradas. De las alforjas del carro saca pan, longaniza y una bota de vino. Desayunamos allí en la huerta. Los pepinos y los tomates están fríos de la madrugada y da gusto comerlos, espolvoreados de sal. Si mi tía me viera pondría el grito en el cielo, porque ya me he comido cinco o seis pepinos y creería que me iba a morir de repente.
La panzanella es una ensalada italiana, muy típica de la Toscana, que se hace a partir de los restos de pan duro, ajo, cebolla morada, albahaca y un aliño de sal y vinagre. Con el tiempo, a la versión más clásica y sencilla se han ido uniendo el tomate, el pepino incluso las aceitunas. Bien podríamos traducirlo en nuestra lengua como "gazpacho desestructurado" y además quedamos la mar de modernos. Una ensalada sencilla y muy, muy fresca, con un intenso sabor a vinagre.
Ingredientes:
- restos de pan duro.
- cebolla morada cortada en rodajas finas.
- aceite, sal y vinagre de vino.
- tomate para ensalada.
- pepino.
- unas hojas de albahaca.
- 1 diente de ajo.
- aceitunas.
Humedecemos el pan en agua fresca y escurrimos bien. Lavamos, pelamos y cortamos los tomates, la cebolla y el pepino. Desmigamos el pan y mezclamos con el resto de los ingredientes. Incorporamos el ajo, la albahaca desmenuzada con las manos y las aceitunas, y aliñamos todo con un chorrito de aceite de oliva y uno generoso de vinagre. En el último momento añadí unas hojas de lechuga en juliana que me habían quedado en la nevera. Dejamos reposar un poco en el frigorífico para que resulte aun más refrescante el resultado.
Ingredientes:
- restos de pan duro.
- cebolla morada cortada en rodajas finas.
- aceite, sal y vinagre de vino.
- tomate para ensalada.
- pepino.
- unas hojas de albahaca.
- 1 diente de ajo.
- aceitunas.
Humedecemos el pan en agua fresca y escurrimos bien. Lavamos, pelamos y cortamos los tomates, la cebolla y el pepino. Desmigamos el pan y mezclamos con el resto de los ingredientes. Incorporamos el ajo, la albahaca desmenuzada con las manos y las aceitunas, y aliñamos todo con un chorrito de aceite de oliva y uno generoso de vinagre. En el último momento añadí unas hojas de lechuga en juliana que me habían quedado en la nevera. Dejamos reposar un poco en el frigorífico para que resulte aun más refrescante el resultado.