Se da San Michele, il 29 settembre, fino a San Giovanni, l'acqua canalizzata doveva servire frantoi e mulini, ora, dal 24 giugno i contadini potevano girarla verso gli orti e le coltivazioni di fiori. anche il mare fioriva con barchette bianche, velieri in cristallo che arrivavano sulla spuma delle onde. Fragili barchette di San Giovanni che vedevano la riva e mai la raggiungevano. E a San giovanni si dice che l'acciuga ammorbidisce il pane. Anche quelli di Moschières tornavano a casa per il 24 giugno. Gli acciugai erano aspettati lungo i sentieri dalle loro donne con grandi bottiglioni di vino. Avrebbero buttato i loro vestiti puzzolenti per far festa prima di mettersi sulla poca terra di granagli, fra poche capre, in attesa di riprendere la via del sale, la via dell' anchougo.
Flores y anchoas antes de San Juan, y un regalo como excusa para volver in cucina.
Las flores de calabacín son muy apreciadas en Italia, unos pétalos de sabor delicado que envueltos en una pastella y fritos dan como resultado un plato delicioso. Nunca he visto que los comercialicen aquí así que cuando María de Sondacasa me dijo que me podía conseguir unas cuantas empecé a saborear la vuelta al blog.
Para la masa:
- 3/4 de un botellín de cerveza fría.
- 100 gr. de harina.
- una pizaca de sal.
- una clara de huevo.
Para el relleno:
- una mozzarella fresca.
- una latad eanchoas en aceite y sal.
Tamizamos la harina en un recipiente. Añadimos la cerveza hasta conseguir una masa no demasiado densa pero tampoco líquida. Montamos la clara a punto de nieve y añadimos a la masa. Esto lo haremos con cuidado, lentamente y con movimientos envolventes. Cubrimos con film transparente y dejamos reposar una media hora en la nevera.
Lavamos las flores de calabacín y separamos con cuidado los pétalos. Introducimos un trocito de mozzarella envuelto en una anchoa.
Introducimos una a una las flores en la masa y freímos. Las ponemos sobre papel absorbente para que pierdan aceite aunque veréis que no quedan nada aceitosas. Lo dicho, delicadas y deliciosas.